Futuro de Magento, evolución del comercio electrónico y oferta de plataformas.

Unos años atrás el desarrollo y la penetración del comercio electrónico era desparejo.

Si bien la pandemia del COVID actuó como catalizador, el crecimiento del comercio electrónico es una tendencia que viene creciendo en forma cada vez más acelerada desde la primera década de este siglo.

El desarrollo de logísticas, herramientas financieras, etc. fueron el marco para la penetración en los mercados de todo el mundo.

En el campo de las plataformas de comercio electrónico años atrás teníamos opciones open source “básicas” como Prestashop o Woocommerce y Magento para soluciones con complejidad media y alta. No había mucho mas.

Las opciones propietarias estaban destinadas exclusivamente al sector enterprise de las grandes compañías.

Si bien han aparecido nuevos jugadores como Shopware, ocupando parte del lugar que antes era indiscutiblemente de Magento, pienso que se debe más a la incertidumbre que ha creado Adobe que a temas tecnológicos o de prestaciones.

Lo que ha crecido indiscutiblemente es el sector de soluciones SaaS que años atrás estaba reservado a pequeñas tiendas y servía como puerta de entrada al comercio electrónico de pequeños negocios.

Hoy es el sector más dinámico y donde más competencia hay en las soluciones de comercio electrónico y, a diferencia de años atrás, ha expandido su presencia a todo el segmento. Tiendanube, Shopify, Bigcommerce, Vtex, Adobe Commerce, Salesforce, Oracle, SAP, etc.

A nivel tecnología y arquitectura de aplicaciones ha habido avances también.

Florecieron las apps como hongos después de la lluvia, cuando se evidencio lo dificultosos de mantener las apps y la web surgió la idea de las PWA que venía a llevarse el mundo por delante pero pasaron sin pena ni gloria por complejidad y costo.

En la cima de la ola hoy tenemos a headless, que propone juntar lo mejor de todos los mundos independizando los datos y la capa de presentación. En teoría esta tecnología nos daría libertad y flexibilidad que en el mediano plazo abarataría costos principalmente por el tema de la omnicanalidad. La otra pata en la ecuación de la flexibilidad son los microservicios pero eso aún está lejos.

Con esto, en el corto plazo lo que se logra es duplicar costos de infraestructura, desarrollo y multiplicar los tiempos de salida. Hay que mantener, desarrollar, probar y administrar el doble de componentes. También tenemos el doble de componentes que pueden fallar…

En mi experiencia son muy pocos los proyectos que apuntan a la omnicanalidad y la mayoría de las veces se decide adoptar headless para mejorar la experiencia de usuario degradada por la lentitud de navegación.

Sin desmerecer las ventajas de cada tecnología no parece buena idea adoptar una solución para X pensando en Y.

El desarrollo de headless, al menos en el segmento que sigue ocupando Magento (en otras plataformas es nativo), comenzó a perder impulso, y mucho, cuando alguien decidió hacer lo que Adobe no quiere hacer, desarrollar un frontend que funcione bien. Por ejemplo Hyva (propietario) o Breeze (Free).

En un contexto de crisis, o al menos incertidumbre, económica mundial sumar costos y dilatar tiempos de salida no parece la mejor idea. Menos en el sector B2B que no suele tener altos niveles de tráfico y no requiere este tipo de soluciones ya que en principio la inversión no se ve reflejada en las ventas.

En este momento el mercado del comercio electrónico es tan amplio que podemos decir que es todo el mundo y es difícil pensar que una sola tecnología o una misma plataforma será capaz de conquistar mayorías como supo hacer Magento en su momento de esplendor.

Si, Magento de la mano de Adobe ha cambiado pero lo primero es entender que lo que ha cambiado es el mercado.

¿Cómo se han adaptado las compañías de desarrollo a estos cambios?

La mayoría y en general las que han sabido acompañar el impulso de la pandemia o ya habían logrado un cierto grado de crecimiento pasaron de ser agencias de desarrollo de Magento a ser agencias de eCommerce ya que suelen adaptar la plataforma al cliente, sea headless o con tecnologías más convencionales.

Otras han seguido aferradas a Magento o no fueron capaces de transicionar, con diferente suerte.

Las que realmente han hecho de Magento su nicho formando talento, desarrollando código sólido y óptimo para bajar el time to market y costos seguramente tendrán un futuro en el segmento que casi con seguridad Magento / Adobe Commerce continuará ocupando. Son  aquellas que han sido capaces de hacer de una plataforma “difícil” algo simple.

Las que no han podido romper el círculo del ensamblado y la improvisación van quedando por el camino en la medida que la ola de la pandemia va decreciendo.

¿En este contexto Magento tiene futuro?

Bien, no creo que nadie pueda dar una respuesta exacta, desde mi punto de vista sigue siendo un producto con un alto nivel de prestaciones a muy bajo costo, principalmente para el segmento B2B que viene creciendo muy fuerte.

Además tiene detrás una comunidad, aunque mermada, importante y muchos desarrolladores formados.

Lo que ha disminuido considerablemente, en calidad y cantidad, desde la aparición de Magento 2 es la disponibilidad de extensiones gratuitas.

Si bien hay muchas y buenas opciones pagas, la existencia de una comunidad que escriba y aporte código es una señal de la salud de la plataforma.

El desarrollo y exposición de código a la comunidad, además de resolver problemas puntuales o ser base de desarrollo más complejos es principalmente una instancia de formación tanto para el que lo escribe como para quien lo implementa y adapta a algún proyecto específico.

En esta línea es que he comenzado, e invito a sumarse a quien lo desee, desde hace un tiempo un proyecto para generar código plug & play tanto en B2B como B2C que permita crear una capa genérica por encima de Magento que nos permita resolver un alto porcentaje de los requerimientos de cualquier proyecto y permita concentrar nuestros esfuerzos de desarrollo en las particularidades de cada proyecto o integraciones.

El desafío es crear código original, darle una segunda vida a buenos proyectos que no han tenido actualización e integrar soluciones que permitan cumplir requerimientos funcionales, tecnológicos y de experiencia de usuario para bajar el time to market promedio de un proyecto de mediana complejidad a 3 meses.

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